Centro de Crecimiento Cristiano

Visión:
Por medio del evangelio de Jesucristo, el Centro de Crecimiento Cristiano, será de bendición para todas las familias a su alcance. (Basado en Génesis 12:3)

Nuestra Misión y Propósito
Buscar el rescate y la transformación integral de las familias a su alcance, para su reintegración a la familia de Dios, mediante la enseñanza y la obediencia a Sus principios.

Visión y Misión Integradas así:
Por medio del evangelio de Jesucristo, buscar el rescate y la transformación integral de las familias a su alcance, para su reintegración a la familia de Dios, mediante la enseñanza y la obediencia a Sus principios.

Para dar Cumplimiento a la promesa de la visión dada por Dios a Abraham… “Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.” Gen. 12:3; 26:4; 28:14; Gal.3:6-18

lunes, 27 de octubre de 2008

Boletin Semanal Octubre 26, 2008

Discernimiento Espiritual

La Biblia completa se nos invita a desarrollar el discernimiento por medio del estudio continuo de las Escrituras y la aplicación de sus verdades en las situaciones cotidianas...porque cuando uno conoce íntimamente la verdad de Dios, entonces automáticamente reconocerá el error o el engaño del enemigo. El discernimiento del mal es uno de los resultados de aprender a identificar la verdad.

Qué es el Discernimiento Espiritual?
1. Es como un Olfato Espiritual. Dios hizo nuestra nariz junto a la boca, para no ingerir alimentos descompuestos. De la misma forma, el discernimiento de Espíritu nos permite identificar las diversas cosas falsas que existes, para que nos alimentemos solamente de la Palabra (Mateo 4:4).2. Este discernimiento es realizado por medio de cuatro bendiciones otorgadas a la Iglesia:
A. la mente de Cristo (1 Corintios 2: 14-16),
B. la Unción del Espíritu Santo (1 Juan 2:20) ambas dadas a los salvos al momento de la conversión,
C. El don de discernir los espíritus, concedido por Dios a los creyentes conforme a su voluntad (1 Corintios 12: 10-11) y
D. Principalmente se nos dejó la Palabra de Dios (Hechos 17:10-11)

No se puede creer a todos los espíritus: Existen en el mundo espíritus que pretenden ser Dios el Padre, Jesús y el Espíritu Santo o sencillamente ángeles buenos (2 Corintios 11:14).

El discernimiento de Salomón
Salomón era famoso por su facultad para discernir. Le pidió a Dios «un corazón entendido» para que pudiera «juzgar» bien a su pueblo, pudiendo «discernir entre lo bueno y lo malo» (1 R. 3:9). A Dios le agradó su pedido y le dio un corazón con discernimiento (1 R 3.12). El texto no dice cómo ocurrió.

Ahora bien, cuando Dios dijo «he dado». Seguramente la sabiduría y los bienes no aparecieron inmediatamente. Las riquezas de Salomón crecieron con el tiempo, y mientras más rico era más crecía su fama. Así que es muy posible que, junto con sus riquezas y honor, la sabiduría y el discernimiento de Salomón hayan sido adquiridos con el tiempo.

De cualquier modo, el discernimiento consistía en la habilidad para distinguir entre el bien y el mal (1 Re 3.9, 11), indispensable para ser un juez con conocimiento y sabiduría.

Es interesante que el Nuevo Testamento nos presenta la misma idea en cuanto al discernimiento: (He 5.11–14).«Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal»

Analicemos cada aspecto de este problema según el autor de Hebreos, y veamos cómo es nuestra situación actual.

Falta de sensibilidad espiritual
El problema de los hebreos era que al oír les faltaba la habilidad de comprender. Por consiguiente, no podían distinguir entre el bien y el mal. Se les engañaba fácilmente. Las personas de hoy somos exactamente iguales. Toda clase de sectas y grupos semejantes no avanzarían si los cristianos fueran maduros espiritualmente, con sus facultades ejercitadas para distinguir entre el bien y el mal. Pero, como Pablo dijo claramente, hay muchos «niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error» (Ef. 4:14).


¿Exactamente qué es esta falta de sensibilidad (nothros) de la cual habla el autor de Hebreos? La palabra es una combinación de otras dos: «no» y «empuje». En el Nuevo Testamento la encontramos sólo dos veces: en Hebreos 5 y en Hebreos 6.12, donde es traducida como «perezosos». El Testamento Griego Cambridge traduce esta palabra como «de oídos perezosos». Esto también tiene connotaciones de enfermedad. El uso metafórico de nothros en Hebreos expresa muy bien esa condición. Uno está «mal espiritualmente, con pesadez de cabeza», o en un estado de coma espiritual. Por lo tanto, la persona que está en esa condición :

1. Es lento en su comprensión, le falta empuje y no se mueve hacia adelante por sí mismo, no es agresivo. La falta de deseo lo lleva a la indecisión. Si esta condición persiste, se vuelve perezoso. Si no ejercita sus poderes de discernimiento por medio de la práctica agresiva, pronto desarrollará una apatía y un estado habitual de pereza con respecto a la fe.

2. La falta de habilidad es su propia culpa, porque no aprovecha la verdad disponible para ponerla en práctica en la vida diaria y debido que no toma ventaja de las oportunidades, ha alcanzado un estado de letargo, pereza y falta de preparación en el que es incapaz de distinguir entre la verdad y el error.

Capacitación y hábito
Es necesario destacar que los bebes espirituales se vuelven «sordos» por no utilizar correctamente las facultades que poseen. No se han ejercitado en el oír la verdad tienen problemas para diferenciarla del error. Una de las señales de crecimiento en un niño es la habilidad de distinguir. Antes del desarrollo de esa capacidad, todo lo que el niño ve entra en su boca. Muchos cristianos inmaduros son así: devoran cualquier cosa «religiosa», demostrando su inmadurez espiritual.

Los bebés espirituales son «faltos de experiencia» o «inexpertos» (He. 5:13). En contraste, los maduros tienen sentidos (facultades) que han «ejercitado» o «capacitado por la práctica», de tal manera que disciernen habitualmente entre el bien y el mal. El ejercicio mencionado en el versículo 14 es similar al entrenamiento de un atleta. A lo largo del tiempo el cristiano maduro, que distingue correctamente las cosas y vive de acuerdo con esas distinciones, agudiza sus sentidos para que respondan automáticamente al bien y el mal. Podríamos decir que está en condiciones de «oler la verdad». Es alguien con tanta experiencia en el manejo de la Palabra de Dios que cuando pasa alguna enseñanza falsa por su mente la identifica inmediatamente.

La palabra de justicia

Se la llama «palabra de justicia» porque es tanto parámetro de justicia (la medida del bien y el mal) como la palabra por medio de la cual una persona se vuelve justa al comprenderla y obedecerla por el poder del Espíritu.

Lo que el autor dice es lo siguiente: cuando uno ha alcanzado la condición a la cual se llega por el uso regular y disciplinado del discernimiento del bien y el mal, entonces (y sólo entonces) es posible que elija lo bueno en lugar de lo malo.

Salomón pidió un corazón que oyera la Palabra de Dios, que la comprendiera y estuviera de acuerdo con ella, y que actuara en consecuencia (1 Re 3.9).

El hombre justo, experimentado en el discernimiento y en vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, tiene práctica justamente en eso: en usar la Palabra de Dios para identificar su voluntad.. Ésta siempre fue la prueba. En Deuteronomio 13, Moisés advierte sobre los maestros falsos que harían predicciones y dirían que hacían milagros. Él nos dice específicamente que no los sigamos si anuncian a un Dios falso, aun cuando sus predicciones se cumplan y los milagros parezcan reales. El parámetro es la enseñanza de las Escrituras: ¿es bíblico lo que dicen de Dios?

El discernimiento solamente se desarrollará por medio del estudio continuo de las Escrituras y la aplicación de sus verdades, para poder distinguir entre el bien y el mal en cuanto lo veamos.. La solución es comenzar ahora.

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