INIQUIDADES
Éxodo 34:6 dice: El Señor visita nuestras iniquidades hasta la cuarta generación.Iniquidad es lo contrario a rectitud, es lo torcido, es una semilla espiritual torcida y destructora que pasa de generación a generación y se va torciendo cada vez más, quedando el pecado escrito en toda la red generacional.
Iniquidad es la conducta repetitiva de pecado, patrón de conducta que toma asidera en nuestra forma de ser y pasa de una generación a otra. Lo que nos impulsa a hacer lo que no queremos hacer, que nos inclinemos o cedamos ante su naturaleza destructora.
Las iniquidades son pecados que toman asidero en nuestras vidas, en nuestra sangre y pasan de una generación a otra. Son conductos, caminos por donde el enemigo tiene derecho a entrar. Por supuesto, cuando confesamos nuestros pecados El nos perdona. Sin embargo la bendición va a depender de mi continuidad y diligencia, de vivir en obediencia, si me aparto y empiezo a pecar nuevamente, la palabra de Dios dice que el espíritu inmundo va y toma consigo otros siete espíritus peores que él y entrados moran allí y el postrer estado viene a ser peor que el primero. Lucas 11:26
Jeremías 17 dice con cincel de hierro y punta de diamante en su corazón; pasa de generación en generación. El pecado no se hereda, lo que se hereda es la iniquidad. En nuestro país Tenemos como ejemplo las siguientes:
1. Creencias erróneas: mitos, tabúes, misticismo, tradiciones religiosas, magias, supersticiones, etc.
2. Vicios: el alcoholismo, la drogadicción, cigarrillos, juegos de azar, lotería, loto, rifas, aguantes, apuestas etc.
3. Costumbres dañinas: mentir, engañar, decir seudo verdades, etc.
4. Actitudes desleales: infidelidad, deslealtad en el trabajo, en cualquier función de dependencia, etc.
5. Actitudes irresponsables: impuntualidad en el trabajo, en acudir a citas, reuniones y compromisos sociales o ministeriales o de la iglesia, vanidad, competencia vanagloriosa, haraganería, etc.
6. Actitudes abusivas: en el hogar, con su pareja, con sus hijos, con sus subalternos, con sus compañeros, con sus padres, con los desvalidos, o indefensos, con los enfermos, etc.
7. Actitudes machistas/feministas: hombre mujeriego, mujer avión, etc.
8. Actitudes erotizadas y de promiscuidad sexual, lascivia, impureza, brecheo, autocomplacencia, masturbación, etc.
9. Vocabulario vulgar y sucio: malas palabras, maldiciones, palabras denigrantes, etc.
10. Actitudes de Tigre: de irrespeto a los demás en las filas, en los tapones, en los semáforos, al comprar o vender, al dar servicio o al recibir,
Cuando somos salvos confesamos nuestros pecados y nuestro espíritu es salvo, vamos al cielo, pero hay iniquidades clavadas en el alma que son como cautiverios que tienen que ser tratados para poder ser libre y vivir la vida en abundancia, VIDA DE CALIDAD. En el Salmo 51 David confiesa su iniquidad: lávame más y más de mi maldad = iniquidad palabra original.
Hay que tratar con las raíces de la iniquidad: es un cuerpo de pecado, es la parte espiritual donde se graba, se establece la semilla satánica con la que nacemos.
Salmo 58......en el corazón maquina iniquidades.
La maldición es producto de un pecado que no se confesó que se engarza en el alma, produciendo enfermedades y toda clase de cautiverios. Esas son las iniquidades que se manifiestan como maldiciones a través de las generaciones.
En proverbios dice que no hay maldición sin causa. Cuando viene una maldición, si estoy en santidad no puede caer sobre mí pero si hay iniquidad en mí entonces tiene de donde agarrarse.
Salmo 58Es como un veneno de serpiente, no oyen la voz de Yahweh. La iniquidad trae sordera espiritual, son sordos espiritualmente cuestionando al padre. Se mete en el cuerpo causando enfermedades Salmo 109:17 dice....amó la maldición y esta le sobrevino. Como cristianos debemos analizarnos con integridad y ver si nuestras enfermedades no son producto de iniquidades no tratadas. Muchas veces cortamos maldiciones y luego de un tiempo sentimos que vienen otra vez aún a generaciones futuras y aún con más fuerzas. Por que? Esto se debe a las iniquidades que no han sido desarraigadas.
Salmo 107:19 Entró como aguas en las entrañas y aceite en sus huesos. Afecta aún la sangre, la médula que está en el centro de los huesos es la que produce la sangre.
David es un ejemplo de lo que produce una iniquidad en la familia, tal como se detalla en 2 Samuel capítulos 11 hasta el 19; por eso David, arrepentido, decía que su iniquidad estaba todos los días delante de él).
A través de los últimos años el Padre ha ido quitando velos para dar una nueva revelación. Nuestro Salvador fue molido por nuestras iniquidades, el precio de nuestra paz fue sobre él. Isaías 53.
Al invitar a Jesús a entrar en nuestras vidas hacemos pacto de salvación en nuestro espíritu, pero la iniquidad nos afecta el diario vivir.
Levítico 26:40 y confesarán su iniquidad ....yo también andaré en contra de ellos.
Isaías 59:1 El brazo de Jehová no se ha acortado para bendecirnos ...pero nuestras iniquidades han hecho división...... Todos los que tienen sangre española- cargan con las iniquidades producidas por las muertes en la colonia, hechicerías y derramientos de sangre.
Es necesario reconocer y confesar nuestra iniquidad y la de nuestros padres como inclinación que nos lleva a pecar y renunciar a estas.
Miqueas dice que El volverá a tener misericordia. La liberación de las iniquidades mediante la confesión y renuncia explicita, afecta nuestras generaciones futuras inmediatamente, hijos y nietos y podemos ver cambios radicales.
Tenemos que efectuar una confesión con escrutinio profunda y luego se debe ordenar a la iniquidad que busque su salida.
Hay incluso enfermedades en la sangre que afectan a muchas familias, debemos entonces limpiar la sangre. Clamar por la sangre y renunciar a mi propia sangre pactada con el enemigo para pedir que la sangre de Cordero sea la que corra por nuestras venas por cuanto el Espíritu de Yahweh habita en nosotros.
La sangre de Nuestro Salvador nos limpia de todo pecado por lo tanto cambio mi sangre y renuncio a mi sangre contaminada, pactada con el pecado y llena de iniquidades, rebeliones y pecados y recibo la sangre de mi Salvador para que corra por mis venas. Nuestra sangre es cambiada por cuanto la vida está en la sangre, ahora limpio mi sangre.
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